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jueves, noviembre 21, 2024

Desmontando las mentiras de la oposición sobre la campaña de vacunación en México

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Chairozard Chairo


Desde que se anunció la campaña de vacunación contra el covid-19, la oposición se dedicó a descalificarla siempre que fuera posible. Y es que, ya que todo lo que hace este gobierno es un desastre, inmunizar a la población contra una enfermedad que ha causado estragos serios en el mundo parece una tarea que sobrepasa a las capacidades de la 4T. Vaya, algunos han llevado al extremo su berrinche que mejor viajaron a Estados Unidos porque no tenían ninguna urgencia más que ser de los primeros en tener protección contra el coronavirus y doblegarse ante los gringos porque “allá sí hacen las cosas bien”.

A principios del año me enteré que los docentes éramos uno de los grupos prioritarios para recibir la vacuna y me dio gusto, aunque me surgió la incertidumbre de cuándo se daría eso y la logística detrás de ello. Hace como un mes, mi jefa directa nos avisó a todos los compañeros que ya había fecha. Y esperé instrucciones.

El lunes me tocó y quiero aprovechar el espacio para contarles cómo estuvo el día en contraposición con las superficiales quejas que profieren los fachitos. Aclaro que dejaré fuera todas las teorías conspiranoicas porque están de hueva y son sólo chaquetas mentales de crédulos.

Así pues, aquí siete mentiras de la oposición sobre las vacunas.

1.- “El registro es imposible”

Esto no me consta. La gestión la hizo la escuela y sólo nos pidieron algunos datos sobre nosotros. El mismo día, por la tarde, nos dijeron que ya estaba listo. Al día siguiente nos pidieron que verificáramos que ya aparecíamos, y la verdad allí me preocupé porque nomás no me confirmaban nada. El domingo recibimos un Whats: había que presentarnos en la sede correspondiente con nuestros documentos (CURP,  formato de registro, algún comprobante de que trabajábamos en la escuela, la credencial de la escuela y una identificación oficial). Poco después el profesor de Informática dijo que podíamos ir con la impresión del código QR que otorgaba la página del gobierno o con los papeles que señaló la subdirección. En efecto, llevé mis papeles y sin ningún problema me los aceptaron.

2.- “Al igual que a los médicos, sólo van a vacunar al sector público porque no les interesan los particulares”

Trabajo en una escuela privada y católica. Muchos de los empleados no sólo detestan a Andrés Manuel, sino que obviamente tienden a la ultraderecha. Aun así, no se nos negó el registro, y cuando me dirigí a la sede nunca me preguntaron a qué escuela pertenecía. Sólo me pidieron escribir el nombre de la institución en la parte de arriba de mi registro y ya. Salvo uno que otro que llevaba prendas alusivas a su centro de trabajo, era imposible saber si la gente que me rodeaba laboraba en escuela pública o privada.

3.- “La vacunación se hacen con fines electorales”

El México burocrático que conozco me ha enseñado que en cualquier trámite hay que llevar el original y chingos de copias. Pasé a una papelería por una impresión de mi CURP y una fotostática de mi INE. Cuando entregué mis papeles, nunca me la solicitaron. Ni siquiera la de la escuela. Sólo se quedaron con la carta que elaboró mi coordinadora académica. Luego nos dijeron que, si llevábamos copia de credencial para votar y CURP, la entregáramos con el formato que llenamos al inicio. En ningún momento alguno de los servidores públicos me condicionó la vacuna a cambio de mi voto del 6 de junio o me quitaron la identificación. Tampoco había brigadistas del partido a los alrededores, ni se estaba entregando propaganda electoral. En suma, nada que tuviera un sesgo partidista o político.

4.- “Los militares están aplicando las vacunas”

Vi médicas, enfermeros y muchos trabajadores del Instituto de Salud del Estado de México. Apenas vi un soldado y su función parecía la de resguardar las dosis de ese día. Una doctora nos dijo quiénes no podían vacunarse ese día, cuáles eran los posibles efectos secundarios y que no por estar vacunados significaba que no nos daría covid, sino que se reducían los síntomas o evitaba que se complicara la enfermedad. Después, una enfermera me tranquilizó antes de inyectarme, un enfermero nos monitoreó por quince minutos y al final el personal de salud nos dijo cuáles eran los cuidados que debíamos tener en los días subsecuentes.

5.- “Este gobierno inyecta aire, lo vi en una noticia y lo van a hacer con toda la población”

El protocolo fue así: una enfermera me saludó, me dijo que me iba a aplicar alcohol en el brazo no dominante, me enseñó la jeringa con líquido, realizó el piquete, me pasó un algodón y me pidió que lo mantuviera allí por aproximadamente cinco minutos.

Y no, no me inyectaron agua. Aunque no tuve todos los efectos, sí me sentí cansado y con dolor de cabeza. Hasta parecía que me iba a dar fiebre. Pasé la tarde descansando y al día siguiente me sentía mucho mejor, tanto como para continuar con mis pendientes.

6.- “No hay vacunas”

Pasé el primer día de la campaña para medirle el agua a los tamales y tomar mis previsiones cuando me tocara formarme. La fila era como de un kilómetro afuera de las instalaciones. El tráfico era complicado. La avenida se llenó de autos estacionados. Me preparé mentalmente y llegué alrededor de las 8:30 am para estar formado unas dos horas antes de que me aplicaran la Cansino. La verdad fue muy ágil el proceso, pues en tres cuartos de hora yo y otros cien profesores (más o menos) ya nos retirábamos. Y seguían llegando maestras y profesores para aplicarse su vacuna. Así que no mamen, fachitos, sí hay vacunas y suficientes para todos.

7.- “Por época electoral te obligan a agradecerle a López por su trabajo”

Mientras acababan los minutos de monitoreo, un médico tomó un megáfono y nos dijo a todos: “Salve el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador. De no ser por él y su proyecto de nación, ustedes no estarían protegidos por este virus. Alaben a nuestro líder, que en las épocas de los neoliberales fifís esto no sería posible. Estamos en deuda con AMLO. Y quien no esté de acuerdo, perderá su plaza o su puesto vigente”… Eso es lo que se imaginan los de la dizque oposición que sucede. Obviamente no es así, porque ya habría salido un tuit, un video o una nota de Reforma para escandalizarse por ello. El médico sí habló por el megáfono y nos agradeció por nuestro trabajo, por habernos cuidado y por estar vivos. Luego pidió que nos aplaudiéramos y bromeó con dejarnos tareas o un examen sorpresa. No era un ambiente festivo, pero tampoco se sentía una opresión gubernamental o que era nuestra obligación responderle favorablemente a AMLO (personalmente, sí lo hago porque no pensé que sucedería tan pronto y ya estoy más tranquilo).

Dice el dicho que “cada uno habla de la feria como le va en ella” y es justo lo que hago. Puede que para algunos haya sido más rápido o lento, o que sí haya habido algún inconveniente. A fin de cuentas, mi experiencia sirve para desmentir lo que se ha dicho sobre la campaña de vacunación y cómo las mentiras en torno a ella son sólo el golpeteo político del PRIANRD.

Cuídense mucho, sean pacientes y recuerden no consumir alcohol por treinta días después de su inyección.


Contacto

Twitter: @ChairozardChairo

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