Ciudad de México, a 11 de enero de 2018
Señor Presidente:
Sr. Lic. Andrés Manuel López Obrador Presidente de los Estados Unidos Mexicanos Presente
Por este medio me permito saludarle y desearle el mayor de los éxitos en su gestión como Presidente de México.
Quiero poner a su consideración un asunto especialmente delicado: se trata de mi seguridad y la de mi familia.
Como Usted sabe, en el desempeño del cargo de Presidente de la República se asumen tareas y se toman decisiones extremadamente complejas. Entre las más delicadas se encuentran, a mi juicio, las que tienen que ver con la responsabilidad de «Cumplir y Hacer Cumplir» la Constitución y la Ley, tal y como obliga la Protesta Constitucional que se rinde al asumir el cargo.
En el cumplimiento de ese deber de aplicar la ley, que implicó el procurar recuperar para las familias mexicanas la Seguridad vulnerada por la criminalidad, me tocó enfrentar organizaciones delincuenciales, algunas de las cuales hay quien las considera entre las más peligrosas del mundo. [Felipe Calderón sigue defendiendo su guerra contra el narcotráfico]
Como consecuencia de ello, en diversas ocasiones, fui objeto de distintas amenazas, algunas públicas, otras directas, y tuve conocimiento a través de labores de inteligencia del Estado de acciones que se encaminarían a atentar contra un servidor o contra la vida o la libertad de algún miembro de mi familia. [¿Por qué no hace públicas las amenazas que ha recibido?]
A pesar de todo y al igual que Usted, estoy seguro, considero un altísimo honor haber podido servir al país en asuntos tan sensibles e importantes. Atenuaba en cierta forma tales riesgos el saber que contaba mientras durasen tales amenazas con la protección del Estado Mexicano a través de una de las instituciones más calificadas para ello: El Estado Mayor Presidencial.
Con la decisión, por lo demás respetable, de retirar toda protección tomada al inicio de esta Administración, súbitamente mi familia ha quedado desprotegida y en consecuencia vulnerable a potenciales actos retaliatorios por parte de quienes atentan contra la Seguridad de las familias mexicanas y a quienes mi gobierno combatió, tal y como era mi deber.
Entiendo muy bien las motivaciones de la decisión que ha tomado: sé perfectamente que ha habido abusos en esta materia, pero este no era el caso. Sé que en muchas ocasiones se ha otorgado protección del Estado a quien no lo necesitaba o lo ameritaba legalmente. En mi caso, dicha protección la necesito y se justifica plenamente dados los riesgos asociados al desempeño del cargo, por lo que lo que respetuosamente le solicito encuadra perfectamente en el concepto definido por la propia Constitución como «servicios de seguridad que requieran los servidores públicos por razón del cargo desempeñado».
Entiendo también que, para algunos, los expresidentes debemos contratar por nuestra cuenta tal protección. Es posible que algunos expresidentes estén en una situación de solvencia económica que no tengan ningún problema para hacerlo. No es mi caso. Contrario a lo que pudiera decirse, nunca robé ni me enriquecí en el desempeño del cargo, y mis ingresos actuales, que son variables e inciertos, no me permiten pagar los servicios de seguridad que, dada la dimensión del riesgo, mi familia y yo requerimos.
Como sabe tengo hijos y, al igual que Usted, uno de ellos menor de edad. Es ciertos que las convicciones propias nos llevan a algunos a asumir en lo personal cualquier consecuencia derivada del cumplimiento del deber. Pero es terriblemente injusto que los hijos, las personas que más se quiere, queden en estado de indefensión por razones políticas completamente ajenas a su voluntad, y en circunstancias de riesgo que son claramente evitables a través de medidas de protección que son, por lo demás, razonablemente obligadas de proveer a las personas que, por razones inusuales, las padecen. [Calderón sabe que el México que heredó, no es seguro ni para sus hijos]
Le pido de manera atenta y respetuosa, que autorice a quien corresponda el que se restituya a mi familia un nivel mínimo de Protección, acorde a los riesgos generados por el desempeño de tareas sensibles en materia de Seguridad en el cumplimiento del cargo de Presidente de la República. [Suplica por protección]
Por otra parte, e independientemente de nuestras múltiples diferencias de opinión, sepa Usted que siempre para mí el interés de México estará por encima de cualquier otro, y que por lo mismo estaré siempre a su disposición en lo que estime conveniente o cuando considere que mi opinión, dadas las buenas y malas experiencias vividas en tan delicado cargo, le puedan ser de utilidad, sea directamente o a través de quien usted designe. [El párrafo más hipócrita de la carta. Calderón se dice dispuesto a apoyar a la cuarta transformación, cuando todos sabemos que lo único que le importa es ver fracasar al gobierno de López Obrador]
Mis mejores deseos para Usted y para su familia en este 2019 que comienza.
Atentamente,
Felipe Calderón Hinojosa.
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