Oveja Eléctrica
La que fue pasarela, búnker, burdel, superficialidad, vanidad, banalidad, pero sobre todo fue el techo de lujo inconmensurable de ex presidentes del prianismo durante décadas en dilapidar el dinero de los mexicanos, hoy, está siendo acondicionada para que los patriotas de bata blanca, cubrebocas, guantes y lentes puedan hospedarse en Los Pinos y no tengan que regresar a sus casas para evitar posibles contagios a sus familias. La habilitación de este legendario complejo apoyará a médicos y enfermeras para que puedan descansar luego de jornadas incesantes en la atención de enfermos de Covid-19.
Podrán contar con todos los servicios para descansar alimentarse y transportarse al peligroso campo de batalla. ¿Quién iba a imaginar que el recinto intocable y sagrado del hampa prianista sería ocupado por gente que de veras trabaja y se juega la vida cada segundo atendiendo mexicanos debatiéndose entre la vida y la muerte?
Sin duda es una medida humanista, solidaria y no podría haber surgido nunca del corazón de la oposición, todo lo contrario, como era de esperarse, ya surgieron los indignados porque, arguyen que se estaría gastando millones de pesos en acondicionar el complejo como albergue.
“¡Qué atroz utilizar Los Pinos para albergar médicos y enfermeras! ¡Era mejor cuando hacíamos grandes fiestas dilapidando millones de pesos con cargo a los chilapastrosos!”
Otros golpistas, los de siempre, no hay necesidad de mencionar sus nombres le quieren dar lecciones al presidente de lo que debe hacer, sugieren, esos parásitos que siguen viviendo del dinero público que “era mejor negociar con los dueños de hoteles para alojar a los médicos y enfermeras», uno más, vocifera que “los Pinos sirven más para oficinas de gobierno y no para albergar empleados del IMSS». Pero el presidente ya gobierna desde Palacio Nacional y como el Centro Cultural de los Pinos es del pueblo, pues los mexicanos estamos más que de acuerdo que se les brinde un espacio a los trabajadores de la salud para que puedan descansar unas horas y después retornar a su difícil encomienda que es procurar y salvar vidas. Hay médicos que se están hospedando en hoteles, algunos de manera gratuita, otros, con descuento, otros regresan temerosos a sus casas, otros irán a Los Pinos; es la primera vez que podemos decir que por fin ocupa el lujoso recinto un grupo de empleados que sí trabajan por el pueblo y que sí ejercitan su encomiable oficio con honestidad, templanza y amor, no como los huéspedes de antaño, que albergaron a su familia fifí y construyeron cabañas y casitas para que estuvieran llenos de confort y el máximo de servicios que le ha costado un dineral a los mexicanos que ni en sueños siquiera podían acercarse y mucho menos ingresar al complejo donde despachaba la mafia del poder.
Hoy sí se puede, hoy cualquier mexicano puede visitar Los Pinos y caminar sus jardines y admirar los grandes salones construidos a capricho para las primeras damas o el búnker donde hacía sus bacanales Felipe Calderón.
Infortunadamente, el motivo por el cual se acondicionó el complejo cultural como espacio de reposo es por la emergencia de una pandemia que está lastimando severamente a los mexicanos, la intención es de una bonanza que nos hace sentir mucho más orgullo por haber elegido a Andrés Manuel López Obrador como presidente, pues lo que era para uso sofisticado y banal, hoy le da un giro de 180° convirtiéndolo, además de Centro Cultural, en una necesidad emergente.
Que sigan ladrando los perros. Hay mucho por hacer, van a seguir golpeando pero por cada golpe que creen asestarle, el presidente va recobrando aceptación. Todo nuestro apoyo a AMLO y su gran equipo de trabajo, al Dr. Hugo López Gatell, a los médicos, enfermeras y empleados de intendencia que están realizando una gran labor. Seamos respetuosos, solidarios con ellos y acatemos la cuarentena. Nos queremos vivos.
Oveja Eléctrica.
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