El movimiento ambientalista está plagado de corrupción, mala ciencia e histeria, y la energía nuclear, no las renovables, es la mejor solución para nuestras necesidades energéticas.
Eso dijo James Lovelock, uno de los ambientalistas más importantes del mundo en una amplia entrevista que ofreció al portal Breitbart en el año 2017.
Lovelock es conocido en los círculos ambientalistas como el padre de la teoría de Gaia: la idea de que el planeta es un organismo vivo autorregulador. En 2006, aumentó su credibilidad ecológica aún más con su exitoso libro The Revenge of Gaia , cuya narración del día del juicio final predijo que para 2100 el cambio climático habría aniquilado al 80 por ciento de la población mundial.
Pero Lovelock ha renunciado desde entonces a este punto de vista. Aunque todavía piensa que el dióxido de carbono es un problema debido a sus efectos de calentamiento sobre el clima, ahora cree que la amenaza no es inmediata.
Su cambio de opinión se produjo en parte por estar en Oslo cuando el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático recibió el Premio Nobel de la Paz. No le impresionó el calibre de los científicos vinculados al IPCC, y menos aún a su entonces jefe Rajendra Pachauri «que resultó ser algo corrupto».
“Hay calentamiento global. Pero los estúpidos académicos sangrientos lo arruinaron ”, dice ahora, lo que significa que se equivocaron y exageraron la velocidad con la que el planeta se está calentando.
Una preocupación mayor, dice, son las políticas equivocadas que se están introduciendo supuestamente para combatir el «cambio climático».
En particular, detesta las turbinas eólicas porque son caras, ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente. La única razón por la que se están construyendo, dice, es porque “hay mucho dinero en energía renovable. Estoy seguro de que está ocurriendo una corrupción gigante».
La solución, argumenta, es la energía nuclear, que ha tenido una prensa terrible debido a la propaganda verde que probablemente sea financiada por las industrias de combustibles fósiles. Los riesgos para la salud nuclear han sido exagerados por los verdes crédulos que dicen «no hay cantidad de radiación que no pueda provocar cáncer».
Pero esto no tiene sentido, dice Lovelock.
«Es tan estúpido como decir que nunca debes salir de tu casa porque si lo haces, existe la posibilidad de que algo te mate».
Es improbable que los comentarios de Lovelock sean del agrado del movimiento verde. Su hipótesis de Gaia, formulada por primera vez en la década de 1960 mientras trabajaba con la NASA tratando de establecer cómo detectar la vida en Marte, ha inspirado a muchas personas a unirse a la religión verde. E incluso, la actriz Emma Thompson, nombró «Gaia» a su hija en honor a la teoría de James Lovelock.
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