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jueves, noviembre 21, 2024

La «estrategia electoral» de Trump que aprovecha la crisis incendiaria en EEUU

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El presidente de EEUU, Donald Trump, intenta convertir la ola de protestas en el país en una «estrategia electoral», dijo a Sputnik el analista internacional mexicano Dámaso Morales. A su juicio, Trump busca rédito político declarando a movimientos antifascistas como terrorismo e intentando vincular al demócrata Joe Biden con actos violentos.

Designar como grupo terrorista en Estados Unidos al movimiento antifascista conocido como Antifa no es más que una «estrategia electoral» de su presidente, Donald Trump, dijo a Sputnik el analista internacional mexicano Dámaso Morales. Para el especialista, no existen elementos suficientes para que el Gobierno estadounidense tome esa decisión, por lo que la declaración podría ser revertida.

«Antifa quiere decir antifascista», clarificó Morales, recordando que se trata de «un movimiento histórico que surgió en la Europa convulsionada de los años 30, cuando hervía en movimientos liberalistas, conservaduristas, socialismos, nacionalismos, extremas derechas y fascismos». Los movimientos antifascistas, caracterizó el analista, «no tenían aún una ideología definida», aunque «el fascismo tampoco la tuvo».

Morales puntualizó que el movimiento ya tiene una presencia importante en países europeos pero comenzó a fortalecerse en EEUU a partir de 2016, cuando Trump llegó a la Casa Blanca. La movilización en tierras estadounidense se centró en rechazar las «políticas racistas contra negros, latinos y musulmanes».

«Como movimiento no tiene fines políticos o de participación en elecciones sino las de participar en marchas», añadió el analista.

En ese marco, y en medio de la ola de protestas en varias ciudades del país desatadas a partir del asesinato de George Floyd en manos de un policía en Minneapolis, Trump anunció el 31 de mayo a través de su cuenta de Twitter que nombraría a Antifa como una organización terrorista. Según Morales, no se trata de una idea nueva para el mandatario, ya que «ya desde algún tiempo grupos de ultraderecha han presionado a Trump para que designe a este grupo como organización terrorista».

Sin embargo, cumplir su anuncio no será tan fácil para el 45° presidente estadounidense. En opinión de Morales, «en lo formal no sería muy difícil torcer esa decisión ante la falta de elementos para catalogar al grupo como terrorista».

Para comenzar, no se trata de una organización tradicional, ya que «no tiene una estructura definida o jerarquía conocida». A su vez, el analista señaló que «hay una ausencia de una ley interior sobre este tema que sirva de guía en cuanto a las definiciones y acciones contra organizaciones terroristas».

A meses de una elección general en EEUU, Morales estimó que Trump busca aplicar una «estrategia electoral» a partir de las protestas, emprendiendo acciones contra Antifa e intentando vincular al candidato presidencial demócrata, Joe Biden, al asegurar que paga la fianza de los detenidos por acciones violentas.

«Trump ha llamado al orden y al ejercicio de la ley, en un discurso netamente conservador. Para él las protestas ya no tienen ningún sentido y solo son actos vandálicos promovidos por grupos de izquierda radical, anarquistas y violentos», comentó el analista.

Según Morales, el mandatario busca mostrar que Biden «estaría vinculado al desorden, a la destrucción de la propiedad privada y a la llegada de anarquistas de izquierda radical a la Casa Blanca». En ese sentido, el analista señaló que Trump intenta redirigir un «discurso desde el poder de la Casa Blanca» hacia su adversario político en las próximas elecciones.

Protestar en tiempos de COVID-19

Para Dámaso Morales, la ola de protestas que se desató a partir del crimen de Floyd «hacen evidente una acción sistemática de violencia de las fuerzas policiales y el uso de la fuerza desproporcional en contra de las poblaciones negras, latinas y otras minorías». Se trata, añadió, del «corolario de una serie de ofensas y violencias históricas que no se han terminado  y que hacen patente una de las fallas más evidentes en el sistema político y social norteamericano».

El analista señaló el hecho de que incluso «en ciudades donde la mayoría de la población es negra, la Policía es blanca». Esto ocurre porque «se trata de lugares deprimidos con poco empleo y los que hay, como policía y bomberos, los obtienen los blancos para asegurar su ingreso de vida». El cóctel se completa con el hecho de que los policías reciben un bonus económico por multas y aprehensiones que terminan cometiendo sobre la población negra.

El hartazgo de la población con este tipo de situaciones se incrementa en tiempos en que la pandemia de COVID-19 obliga a la población a mantener el distanciamiento social y pone a la economía estadounidense en crisis, ocasionando que haya más de 36 millones de desempleados. El contexto alimenta «la frustración de miles de personas que salen a las calles y se expresan de forma violenta»


Este contenido es publicado por Politburo-digital.com con plena autorización de Sputnik Mundo

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