Luis Perales
No es casualidad lo que está pasando en Guanajuato, es simplemente la continuación de la estrategia de Calderón contra el crimen organizado. Es la simulación en su máxima expresión, es la omisión y el engaño.
Es de resaltar el perturbador silencio del gobernador Diego Sinhue mientras que los guanajuatenses quedan a merced de las balaceras, ataques que buscan generar pánico entre la población civil.
Mientras por un lado, el gobernador del estado, Diego Sinhue, se rebela contra el presidente López Obrador y decide no asistir a las juntas de seguridad del gobierno federal, por otro lado (fiel a la tradición panista) su partido empoderó un grupo del crimen organizado que hoy tiene a su estado de rodillas. El Cártel de Santa Rosa de Lima , dirigido por José Antonio Yépez Ortiz «El Marro», fue la organización delincuencial que más creció estos años en Guanajuato, empezó siendo una pequeña banda de ladrones de combustible, también conocidos «huachicoleros».
Estos grupos delincuenciales siempre tienen el apoyo de políticos corruptos, sólo así es posible que pequeñas bandas lleguen a convertirse en poderosos grupos del crimen organizado.
El poder de fuego y económico del Cártel de Santa Rosa de Lima no se podría entender sin la complicidad de autoridades locales. Políticos y policías corruptos que otorgan protección, información y permiten el libre paso del Marro y sus hombres por todo el estado. Solo así se explica la tragedia que se vive en el bajio.
Twitter. @TheRockCosmic
Comentarios