La carrera, celebrada en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, fue un espectáculo de estrategia y habilidad. Sainz demostró una vez más su capacidad para manejar la presión, tomando la delantera y manteniendo a raya a sus competidores durante gran parte de la competencia. Su victoria no solo es un logro personal, sino que también coloca a Ferrari en una posición sólida para el campeonato de constructores.
Por otro lado, Max Verstappen, actual campeón, no tuvo su mejor día. Enfrentado a una lucha feroz con Lando Norris de McLaren, la tensión entre ambos escaló hasta que Verstappen cometió un error que le costó caro. Este incidente, que ha sido objeto de análisis y críticas, ha puesto de relieve la necesidad de intervención por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para gestionar conflictos en pista.
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