«Se otorgaron concesiones y contratos en materia de petróleo, electricidad, telecomunicaciones. Se privatizaron los ferrocarriles, los puertos, los aeropuertos y hasta las cárceles […]. Se instauró como gobierno una democracia simulada, operada y controlada por políticos y tecnócratas, afines y dependientes, empleados de los grandes poderes económicos», afirmó López Obrador.
«Debemos seguir luchando por los ideales de la Revolución mexicana consagrados en la Constitución de 1917; no dejar de insistir en abolir, por la vía legal y democrática, las reformas contrarias al interés público impuestas durante el periodo neoliberal; continuar proponiendo cambios al marco legal en beneficio del pueblo, hasta devolver a nuestra ley máxima toda la grandeza de su humanismo original», concluyó el mandatario.
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